Siempre hemos estado enamorados de las emociones, un fotógrafo de bodas tiene que ser capaz de captar esos momentos únicos que pasan frente a su cámara antes de que vuelen. Conseguir que una paraje llegue a olvidarse de las cámaras y que sean ellos es nuestra gran diferencia a la hora de sacar lo mejor de nuestras parejas. En este sesión realizada en Gran Canaria esta increíble pareja nos regalaron momentos llenos de complicidad, amor y risas, donde nos dieron riendas sueltas para pasar una tarde genial captando grande imágenes.
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